El Modernismo o Art Noveau, es una corriente de renovación artística que comienza a finales del S.XIX; un intento de crear un «arte nuevo» que rompa con todos los estilos pre existentes (tanto los academicistas/historicistas como los rupturistas).
Son varias las causas y factores que convergen en este momento histórico y que motivan el desarrollo de este movimiento artístico. La conciencia de que el progreso «es necesario», que para avanzar hacia el futuro no sirven las pautas o doctrinas anteriores, o la fascinación por el movimiento, que había alcanzado ya todos los aspectos de la vida, el cine que surge de forma incipiente, las circunstancias políticas y culturales son algunos de esos factores.
El Modernismo no sólo afectó a la pintura, arquitectura o escultura, sino que afectó en gran medida a las artes aplicadas o decorativas: todo tipo de elementos se vieron afectados por este movimiento, así tuvo gran importancia en las artes gráficas, mobiliario, joyería, orfebrería, cerámica…Hasta los objetos de la vida cotidiana tenían valor estético.
Esta corriente de renovación artística recibió diferentes denominaciones según los diferentes países: Art Noveau, Jugendstil, Sezession, Modern Style, Nieuwe Kunst, Liberty Style… El término «Modernismo», se empleó principalmente en España.
Sería muy difícil resumir en unas pocas líneas todo lo que surgió hacia 1900 bajo el signo de esta corriente artística. Algunos acontecimientos que compartieron época y contexto histórico con él, nos muestran que el Modernismo no sólo fue una revolución de artistas de vanguardia, sino toda una revuelta cultural y política, en la que el nuevo arte actuó como reivindicación y elemento demostrativo en sí mismo.
Las principales características que nos permiten reconocer el Modernismo son:
- La utilización de líneas curvas y asimétricas en todos sus diseños (incluida la arquitectura)
- Inspiración en la naturaleza: se incluyen elementos de origen natural del mundo vegetal y orgánico
- Uso frecuente de imágenes femeninas (especialmente en las artes gráficas y en la pintura)
La Exposición Universal de París en 1900 supuso un punto importante para este movimiento, aunque su máximo apogeo lo alcanzó en la I Exposición Internacional de Arte Decorativo Moderno de Turín (1902)
Al comenzar la I Guerra Mundial, se irá abandonando poco a poco el diseño modernista, para dar paso a trazos más simples y rectilíneos, y a un menor coste de los diseños industriales. Esta tendencia acabaría dando lugar a la aparición del Art Déco en los años 20.